Son los principios y aptitudes sobre los que se asienta la cultura de la gobernanza municipal y que responden al cómo se van a alcanzar los objetivos que se plantean.
• Legalidad: los procedimientos administrativos deben salvaguardar los derechos e intereses de los ciudadanos. El fomento la transparencia y la rendición de cuentas por parte del Ayuntamiento fortalecen este valor.
• Servicio: servicio a los intereses colectivos frente a los intereses particulares. La participación ciudadana adquiere un gran importancia a la hora de desarrollar este valor.
• Igualdad: en el trato a toda la ciudadanía, independientemente del sexo, edad, ideología o raza.
• Eficacia: la administración municipal debe suministrar servicios de calidad al conjunto de la ciudadanía y de una forma ágil y sostenible en el tiempo. La implementación de sistemas de calidad y de mejora continua permiten establecer altos estándares de servicio.
• Transparencia: veracidad en la información aportada y sometimiento al control de la ciudadanía.
• Responsabilidad social: entendida como el compromiso, obligación y deber de la institución municipal a contribuir a la creación una sociedad más justa e igualitaria y a la protección del medioambiente. Esta responsabilidad obliga a mantener una visión a largo plazo a la hora de plantear las distintas estrategias municipales y a la necesidad de adoptar un papel de liderazgo en la gestión de los cambios en los/as responsables municipales.
• Ética e integridad: son imprescindibles para reforzar la credibilidad de la actividad municipal y deben ser elementos exigibles a las personas que integran la institución. Estos valores quedan reforzados mediante la articulación de un código de buen gobierno, de la transparencia y de la rendición de cuentas.
• Creatividad e innovación para alcanzar la mejora continua de la ciudad.
• Capacidad de adaptación y flexibilidad ante los cambios.
• Colaboración y cooperación territorial para conseguir el posicionamiento y una imagen e identidad fuerte.